EL GLADIATOR DE CEHEGUÍN
EL GLADIATOR DE CEHEGUÍN
Si veinte años no son nada, como reza el popular tango de Gardel, diez años aún menos
pensábamos ayer los que vimos torear de nuevo a Pepín
Liria trás ese tiempo apartado de la arena del ruedo.
Salvo por su escasez capilar, sigue siendo el mismo, fiel a sus principios, se la jugó sin condiciones, valentía y emoción en un recinto que no se caracteriza por su silencio y respeto a los toreros.
El diestro murciano vuelve cuando a la Fiesta le hace mucha falta, lejos de otras reapariciones mediáticas a lo Rocky Balboa, enfocadas más a descorrer las cortinas de las páginas del corazón que a mover los cerrojos de las puertas grandes, como la que le negó ayer a Liria el presidente, trás su pelea con el de Victoriano del Río.
¡Bienvenido valiente!
Manuel Alfonso Consuegra
Sevilla
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