A VERÓNICA
Y llegó por fin la meta,
tu sueño al final cumplido,
se terminó tu carrera,
que te mantenía en vilo.
Farmacéutica, que honor.
Compartir el ejercicio,
con un serio mostrador,
repartiendo el beneficio,
a todo aquel que un mal tiene y
que acude a tu servicio,
buscando el medicamento,
que la salud le mantiene.
Pequeño aún el contrato,
un mes, que renovarás,
pues seguro que tu trato,
tu alegría y tu sonrisa,
no dejarán escapar,
ese papel que ahora firmas.
Ahora compartes tareas,
de calas y de pedales
a fórmulas magistrales,
de impartir la disciplina
a vender clorhexidina,
de darlo todo en la bici
a la tarea difícil,
de dar con la pastillita,
de la corrección discreta
a buscar en la receta,
la medicación concreta.
Del sillín a la probeta,
de la postura al matraz,
siempre sin dejar atrás,
al que te sigue asfixiado
pero se siente eficaz.
Mi niña comparte hoy,
dualidad en su labor y
cambia ya su maillot,
por otra prenda más sería
que tiene blanco color.
Recibe hoy con cariño,
este poema sencillo,
fruto del enorme amor,
que te tiene Manolillo.
Manuel Alfonso Consuegra
Sevilla, Mayo de 2018
www.soyquiensoy.es
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